Extracto escuchado en un pecero de "Hacer el amor con otro" .
Una elocuente poesía de la mismísima Alejandra Guzman.

Y seré tan libre como quiero ser, cuando aprenda lo que es mi vida, cuando abrace mi pasado, cuando tenga un futuro, cuando acepte mi presente.
Algún día dejaré de usar esta correa y ya no pesaran más mis recuerdos, no me sentiré más perdido, no me sentiré más desnudo. Dejaré de ser lo que quieren que sea.
Seré yo, aunque no sepa quién soy.
Seré yo y nada más.


Inspirado por la película Unleashed y la hermosa música de Massive Attack.

Y pasó. Todo estaba tranquilo y de repente saltó tras de mi. Y corrí. Y vi rodar cabezas. Y pensé que había una salida y me encontré en el mismo lugar donde empezó todo. Y esperé. Esperé de frente a recibirlo como venía. Ya no importaba más. Era todo o nada. Y llegó. Todo lo que había temido estaba ahí. Y ahí se quedó. Al final no pasó nada. Todo quedó como estaba. Y realmente eso... es lo peor.

Qué, el lunes se extendió 24 horas más???

Hoy el suspenso sigue. Todo ha sido tensión e incertidumbre durante la semana. Sientes como todo está tranquilo, pero en cualquier momento una amenaza va a saltar detrás tuyo y correras, hasta estar a salvo, al menos por un tiempo. Mientras, en tu escondite, te vuelves espectador de la masacre y ves como caen cabezas. Una tras otra, tras otra, tras otra. Al final ves una luz y corres hacia allá con la esperanza de que sea una salida. Todo ha terminado y estás a salvo. O al menos eso creiste. La luz no es más que un reflejo de lo que pasa dentro y te das cuenta que estás otra vez en el principio, pero ahora sin escondite, sin portección. Esperando de frente a lo que te ha estado persiguiendo, esperando a recibirlo con lo que venga. Pero aún no llega. Esperas. El final se siente tan cerca, pero en realidad está tan lejos...