Y pasó. Todo estaba tranquilo y de repente saltó tras de mi. Y corrí. Y vi rodar cabezas. Y pensé que había una salida y me encontré en el mismo lugar donde empezó todo. Y esperé. Esperé de frente a recibirlo como venía. Ya no importaba más. Era todo o nada. Y llegó. Todo lo que había temido estaba ahí. Y ahí se quedó. Al final no pasó nada. Todo quedó como estaba. Y realmente eso... es lo peor.
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on martes, julio 8
at martes, julio 08, 2008
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