Hoy el suspenso sigue. Todo ha sido tensión e incertidumbre durante la semana. Sientes como todo está tranquilo, pero en cualquier momento una amenaza va a saltar detrás tuyo y correras, hasta estar a salvo, al menos por un tiempo. Mientras, en tu escondite, te vuelves espectador de la masacre y ves como caen cabezas. Una tras otra, tras otra, tras otra. Al final ves una luz y corres hacia allá con la esperanza de que sea una salida. Todo ha terminado y estás a salvo. O al menos eso creiste. La luz no es más que un reflejo de lo que pasa dentro y te das cuenta que estás otra vez en el principio, pero ahora sin escondite, sin portección. Esperando de frente a lo que te ha estado persiguiendo, esperando a recibirlo con lo que venga. Pero aún no llega. Esperas. El final se siente tan cerca, pero en realidad está tan lejos...